Un elemento nuevo del programa de la 9ª Asamblea fue una serie de "conversaciones ecuménicas" diseñadas para proporcionar la oportunidad de un diálogo sostenido sobre asuntos significativos. Los delegados también se reunieron diariamente en grupos más pequeños para llegar a conocerse unos a otros y aprender más sobre asuntos de importancia para las iglesias, a la vez que los debaten. Los temas se agruparon en amplias áreas y los participantes de cada grupo se comprometieron unos con otros y desarrollaron ideas y propuestas. Las recomendaciones específicas para estas conversaciones se presentaron ante el comité de orientación programática de la Asamblea, y proporcionaron material de preparación para el trabajo del comité central del CMI.
Introducción a las conversaciones
a) Cambios en el contexto religioso y cultural En una época de globalización, violencia, polarización ideológica, fragmentación y exclusión, ¿cuál es la importancia de la misión cristiana? Esta Conversación Ecuménica ofreció la oportunidad de reflexionar sobre el mensaje del evangelio y los métodos de la misión en ese contexto. [Lee más]
b) Cambios en el contexto eclesial y ecuménica El proceso de entendimiento y visión comunes del CMI ofrece una visión coherente y estimulante: una comunidad amplia de iglesias, comprometidas y responsables unas para con otras, que buscan hoy la unidad visible en su vida y testimonio. [Lee más]
c) Cambios en el contexto internacional y político Desde el profeta Isaías al pastor Bonhoeffer, desde Ester en el antiguo Israel hasta las Madres de Plaza de Mayo en la Argentina de hoy día, los profetas son personas reales e inspiradoras. En la Biblia, son elogiados con regularidad. La promesa de Dios de un nuevo cielo y una nueva tierra le debe algo a su labor. Con todo, la mayor parte de los creyentes -sin importar su grado de compromiso con la justicia de Dios- no se llamarían a sí mismos profetas ni pensarían que son personas proféticas. [Lee más]
d) Cambios en el contexto social y económico La pobreza amenaza la vida y la dignidad humanas. No es un fin de los métodos y estructuras de creación de riqueza y de distribución de la riqueza en cada sociedad y en todo el mundo, pero es su resultado. Las desigualdades no aumentan por casualidad, sino por la manera en que los procesos económicos y políticos se estructuran y funcionan. La pobreza debilita lo más básico de la vida de billones de niños, mujeres y hombres a quienes se niegan no sólo los beneficios de una riqueza creciente, sino incluso los beneficios del acceso a las necesidades básicas de la vida. [Lee más]
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