Mujeres de habla portuguesa planean hacerse oír en la Asamblea del CMI

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Basta de violencia! Tal el grito que mujeres de habla portuguesa quieren hacer escuchar en la próxima Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). "Violencia es pecado, y Dios nos llama a la salvación", dicen.

Reunidas del 11 al 15 de agosto en São Leopoldo, Brasil, unas 50 mujeres provenientes de iglesias de Angola, Brasil, Mozambique y Portugal, deliberaron en preparación para la novena Asamblea del CMI, a celebrarse en Porto Alegre en febrero de 2006.

El idioma no fue el único común denominador en el encuentro, que reunió a católicas romanas, metodistas, presbiterianas, luteranas, reformadas y anglicanas. Las participantes descubrieron que también compartían realidades marcadas por la violencia.

"La violencia contra las mujeres, sea física, sexual, psicológica, económica o espiritual, es una realidad en nuestras iglesias y países", señalan en un mensaje a las iglesias emitido al final del encuentro, en el cual reflexionan sobre la acción de la gracia de Dios en la vida de las mujeres.

"Las mujeres africanas tienen el corazón quebrado", dijo la teóloga Invicta Tivane, al hablar de la violencia física y psicológica que forma parte de la vida cotidiana de las mujeres de Mozambique. "Infelizmente, en nuestra cultura aún existe la creencia de que el marido precisa golpear a la mujer para demostrarle su amor", explicó.

"El poder todavía está concentrado en las manos de los hombres", añadió la pastora Paulina Makumbu, de Angola. "Hay mujeres africanas con educación pero sin trabajo, con trabajo pero ganando poco, con esposo pero sufriendo recriminaciones", dijo. Makumbu espera que la Asamblea sea una oportunidad para "gritar" por los derechos de las mujeres.

Rosa María Cruz Ángela, de Portugal, se sintió conmovida por las denuncias escuchadas y el coraje de las participantes. A pesar de pertenecer al así llamado primer mundo, dijo, también en su país la mujer es víctima de la violencia. "En la iglesia somos respetadas, pero en la sociedad no siempre. Muchas portuguesas deben prostituirse, o padecen violencia doméstica, sexual o psicológica, y también son discriminadas", afirmó.

<span style="font-weight: bold; "» Un don divino que debe ser restaurado

El mensaje de las mujeres de habla portuguesa alerta: "Comprendemos que la sexualidad es un don de Dios que nos humaniza. Sin embargo, ha sido apropriada por modelos económicos y culturales que producen el tráfico sexual de niñas y la diseminación del virus de inmuno deficiencia humana (VIH-SIDA), deshumanizando en especial a mujeres y niñas en todo el mundo".

Las participantes del encuentro se comprometieron a denunciar esa realidad y a trabajar en acciones preventivas, buscando estrategias de lucha contra la explotación sexual y la propagación del VIH-SIDA.

En Angola, dijo la coordinadora nacional del círculo ecuménico de teólogas de Angola, Eva Sebastião Cosme, la población está desinformada sobre el riesgo que corre de infectarse con el VIH-SIDA. Por eso las iglesias crearon redes ecuménicas para trabajos de concientización, agregó.

En Mozambique, se estima que una de cada diez personas está contaminada por el virus. En mi país, dijo Tivane, existe el mito de que un hombre seropositivo, al mantener relaciones sexuales con una virgen, queda curado. "El patriarcado crea mitos para justificar actitudes que le convienen", afirmó.

En su mensaje, las mujeres de habla portuguesa instan a las iglesias a participar en unidad en la Asamblea del Consejo y a asumir el compromiso de "trabajar concretamente en el cambio de la realidad de las mujeres y niñas como señal de la gracia transformadora de Dios".

El encuentro "afiló la lengua de las mujeres", evaluó la teóloga brasileña Elaine Neuenfeldt, una de las asesoras del evento. Y sirvió también para preparar la estatregias de participación de las mujeres en la Asamblea, donde un espacio especial - "La Colmena" - acogerá sus inquietudes.

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