17.02.06
Entre el capitalismo globalizado y la justicia económica
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Un duro cuestionamiento al capitalismo neoliberal, al que se consideró responsable de la tragedia de la pobreza y de la creciente destrucción de la naturaleza y del medio ambiente, fue central en la sesión plenaria sobre Justicia Económica, uno de los temas de trabajo del Consejo Mundial de Iglesias en esta IX Asamblea, que se realiza en Porto Alegre, del 14 al 23 de febrero.
Pero en el panel no sólo se escuchó la voz profética de cristianos y cristianas criticando y condenando el sistema económico neoliberal, sino que también estos hablaron sobre alternativas al modelo imperante, que surgen de pueblos, de movimientos sociales y de gobiernos que desafían las políticas que pretenden imponer el Fondo Monetario Internacional y la ortodoxia neoliberal.
Como señaló uno de los panelistas, Yash Tandon, de Uganda, profesor universitario en su país y en la Escuela de Economía de Londres, "estamos ante una encrucijada en la que la disyuntiva es vivir o morir con nuestra tierra. Por lo tanto, desafío a las iglesias, que creo que son custodias de la ética y de la moral, a mostrar el camino para promover un mundo justo y participativo, donde se compartan los recursos y se cuide de la tierra".
La pastora Nancy Cardoso Pereira, de Porto Alegre, quien trabaja en la pastoral ecuménica de la tierra, consideró que la voracidad consumista del mundo occidental castiga a los productores de los países pobres con reglas de juego que los condenan a ser deudores permanentes y a no poder comercializar su producción con precios justos y equitativos.
"El sistema económico se ha apropiado de nuestro lenguaje religioso occidental", dijo. "Nuestras teologías y nuestras políticas pastorales están cansadas y exhaustas". Para Cardoso, muchas iglesias son funcionales al sistema porque ofrecen bienes religiosos como si fueran mercancías, servicios en la forma de fundamentalismos poderosos y lentes carismáticos enfocados en la prosperidad.
"Debemos elegir la opción difícil", afirmó. Consideró que esta Asamblea debe reconocer e identificar sus tareas como también comprometer a las iglesias a tener una voz profética y evangélica en el mundo actual.
El cuestionamiento a las políticas económicas neoliberales también vino por parte del padre Vsevolod Chaplin, secretario adjunto del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, quien dijo que si bien el público ruso apoyó inicialmente estas políticas, sus consecuencias nefastas pronto se hicieron ver.
Para hacer frente a ellas, la Iglesia Ortodoxa Rusa realizó una campaña contra la injusticia económica expresándose ante los poderes del Estado, los empresarios y el pueblo. Finalmente, por su iniciativa, la Asamblea del Pueblo Ruso adoptó en 2004 un Código de Principios Morales y de Reglas en la Economía, que si bien no utiliza un lenguaje cristiano, se basa en los Diez Mandamientos.
"Hubo quienes criticaron a la Iglesia por 'interferir en un área no religiosa', pero estoy plenamente convencido de que la tarea de la Iglesia es convocar y trabajar por la renovación moral, la verdad y la justicia en la economía", finalizó Chaplin.
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