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15.02.06

Economía solidaria para la dignidad del pueblo

 


 

Por Dafne Sabanes Plou (*)

 

 

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"Soy recolector y reciclador de residuos desde hace más de 30 años, pero gracias a que realizo mi trabajo con dedicación y responsabilidad, he logrado criar a mis 9 hijos dándoles estudio, techo y una familia que los cuidó hasta que pudieron independizarse", señaló con orgullo uno de los miembros del Movimiento de Nacional de Recolectores de Materiales Reciclables, de Brasil, una entidad que nació en 1999 durante el 1 Encuentro Nacional de Recolectores de Papel. Allí los recolectores de todo el país encontraron la posibilidad de unirse para luchar por sus derechos y también por el reconocimiento de su trabajo.

 

Miembros de diversos emprendimientos económicos solidarios hicieron una presentación en el Mutirão, espacio abierto a la participación de grupos y organizaciones ecuménicas de todo el mundo, con apoyo de la Fundación Luterana de Diaconía. Mujeres y hombres que participan en cooperativas, emprendimientos comunitarios y microempresas, dieron a conocer los distintos proyectos que les han permitido trabajar y dignificar su vida y la de sus familias.

 

"Queremos que se valore el trabajo de los recolectores, que aportan también a la economía de sus familias y de la sociedad", señaló Alejandro Cardoso, un joven recolector de Porto Alegre. Lamentó que los servicios que realizan los recolectores y recicladores no sean reconocidos y que, por el contrario, resulten perseguidos por las políticas de los gobiernos locales y municipales que prefieren reemplazar su mano de obra por empresas privadas que los explotan y empobrecen. También sufren el acoso de las corporaciones dedicadas al reciclado de los deshechos, que no quieren su trabajo independiente y los ven como competidores peligrosos.

 

Venancio Francisco, coordinador del movimiento de recolectores en el estado de Río Grande do Sul, dijo que son 40 mil las personas que viven de la recolección de residuos en este estado y que es importante que puedan mantener su fuente de trabajo y organizarse para ejercer su tarea con eficiencia, formándose también como agentes ambientales.

 

A los recolectores no les es fácil organizarse, debido a que han trabajado en soledad desde pequeños en este oficio. No obstante pertenecer al movimiento de recolectores les da la posibilidad de capacitarse en distintos aspectos del reciclado de residuos y de su rol en el cuidado de la higiene y el medio ambiente en la ciudad como también tomar conciencia de sus derechos como trabajadores.

 

"A los gobiernos no les interesa que nos organicemos. Por el contrario, saben que así tenemos fuerza para protestar contra las injusticias y que no podrán sacarnos del medio", dice Venancio Francisco.

 

En el marco de esta sesión, dos grupos de mujeres, también involucradas en la economía solidaria, dieron a conocer los proyectos de trabajo que les han permitido recuperar su dignidad. Isaurina da Silva, de la cooperativa Univens, relató los pasos dados por el grupo de trabajadoras para organizarse, producir y comercializar sus productos. "Nada fue fácil ni sencillo", señaló.

 

El orgullo de las mujeres de Univens es que son las responsables de la confección de las bolsas de lienzo que fueron entregadas a todos los participantes de la IX Asamblea del CMI. Otro proyecto presentado fue el de BMBC, de alimentos caseros que se realizan en base a productos orgánicos y se comercializan en la ciudad de Porto Alegre.

 

Estos emprendimientos de economía solidaria son sólo una muestra de los muchos que se han desarrollado en Porto Alegre en estos últimos años. Los esfuerzos son grandes y también las luchas, ya que no siempre las autoridades locales comprenden cabalmente la necesidad de mantener los espacios de trabajo y de comercialización. En este momento, muchos de estos emprendimientos están bregando para que el municipio no cierre un área de tiendas donde venden sus productos.

 

La Fundación Luterana de Diaconía es una entidad que prioriza programas y proyectos que promueven el desarrollo sustentable, la economía solidaria y los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. También promueve la equidad de género y la lucha contra el racismo y todo tipo de violencia.

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(*) Dafne Sabanes Plou es periodista free lance y miembro de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.

 

Sitio web de la asamblea:www.wcc-assembly.info