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16.02.06

Campesinos por el derecho a la tierra en Paraguay

 


 

Por Dafne Sabanes Plou (*)

 

 

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Si bien Paraguay recuperó la democracia hace algo más de 15 años, esto no ha significado una mejora en la vida del campesinado. Por el contrario, los conflictos por la tierra se han agravado y son miles los campesinos que anualmente abandonan las zonas rurales y se refugian en los barrios pobres de las grandes ciudades.

 

Un taller sobre la situación de los campesinos paraguayos, sus luchas y la labor de las iglesias en el Comité de Iglesias para Ayuda de Emergencia (CIPAE), organismo ecuménico paraguayo, tuvo lugar en el Mutirão, espacio abierto a la participación de organizaciones, iglesias y grupos ecuménicos, en el marco de la IX Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, que se realiza en Porto Alegre, del 14 al 23 de febrero.

 

El objetivo central del taller fue dar a conocer la manera en que los pequeños productores rurales, los pobladores urbanos sin techo y los campesinos expulsados de sus propiedades por el avance de las corporaciones agroindustriales hacen frente a la creciente marginación y pobreza de sus integrantes.

 

"El índice de pobreza en el Paraguay alcanza al 32% de la población", destacó Ramón Jiménez, técnico social que trabaja en el programa del CIPAE. "En las zonas rurales vive el 44, 2% de esta población pobre y en los últimos diez años ha aumentado la pobreza extrema".

 

Jiménez señaló que la crisis en el campo paraguayo ha provocado la muerte de alrededor de 100 campesinos en la lucha por sus reivindicaciones y su derecho a la tierra en la última década. La expulsión de los campesinos hacia las ciudades se debe muchas veces a que las grandes empresas agrícolas utilizan la fuerza y la coacción para obligarlos a desprenderse de sus tierras. También el uso extensivo de agrotóxicos que realizan estas empresas, sin consideración por el medio ambiente ni por la vida humana, alienta la emigración.

 

Para la abogada Cristina Vila, secretaria ejecutiva del CIPAE, así como en la dictadura se entregaban tierras como prebendas a militares y políticos que eran leales al régimen, en la actualidad las grandes empresas se ven beneficiadas por la falta de controles y porque no existen políticas estatales de apoyo al pequeño productor.

 

La lucha por el derecho a la tierra ha llevado a unos 2000 campesinos ante los estrados judiciales. Los procesos penales abiertos en su contra por participar en demostraciones y protestas constituyen una seria amenaza a sus posibilidades de continuar adelante con sus reivindicaciones.

 

No obstante, existen organizaciones campesinas que no se dejan amedrentar y desarrollan una importante tarea, coordinándose para hacer frente a la situación imperante. El CIPAE ofrece asesoramiento y acompañamiento jurídico para la defensa y legalización de las tierras de estos productores.

 

También capacita a los beneficiarios del proyecto en lo relacionado al ejercicio de sus derechos sociales, económicos, culturales y ambientales, y acompaña a la población rural que emigra a las ciudades con proyectos de cooperativas de vivienda y de ayuda mutua.

 

El CIPAE está constituído por las iglesias Evangélica del Río de la Plata (Luterana-Reformada), Cristiana Discípulos de Cristo y tres diócesis de la Iglesia Católica Romana en Paraguay. Fue creado en 1976 como expresión del compromiso de estas iglesias con la vigencia de los derechos humanos en su país.

 

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(*) Dafne Sabanes Plou, periodista free lance, es miembro de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.

 

Sitio web de la Asamblea:www.wcc-assembly.info